Nuestra alumna Mariel Amador de la Lic en Diseño Digital, nos comparte la experiencia que vivió al realizar su estancia internacional en Hallym University, Corea del Sur.
¿Cuándo entraste a la Uni sabías que había programas internacionales?
No realmente, a diferencia de algunos de mis compañeros yo no tenía idea de la posibilidad de irte a estudiar al extranjero, me enteré uno o dos semestres después.
Cuando entraste a tu carrera ¿Creíste que te irías a vivir y estudiar en el extranjero?
No, la decisión de estudiar en el extranjero la tomé de la noche a la mañana para ser honesta. Mis amigos que previamente se habían ido en un programa de intercambio me platicaron todo lo bonito que se vive y gracias a eso tomé la decisión de aplicar para las becas sin ninguna expectativa de ganar, solamente quería intentarlo y dejarlo al destino.
¿Ya habías vivido o estudiado fuera de México?
No, fue mi primera vez estudiando en el extranjero.
¿Qué te impulsaba o motivaba para estudiar en otro país?
Como mencioné antes, mis amigos me contaban de todas las experiencias que habían vivido, el cómo era ser independiente por un tiempo, el cómo conocer nueva comida, nuevas personas y nuevas culturas te cambiaban la perspectiva de la vida, todo eso me motivó mucho y me daban ganas de vivirlo y que nadie me contara cómo era todo.
¿Por qué decidiste estudiar en ese país?
Quería salir de mi zona de confort, mi primera opción no era Corea, sin embargo, me sorprendió totalmente, estoy agradecida de que haya sido Corea el destino final porque nunca en la vida me imaginé estar en un lugar de Asia, no lo veía en mis posibilidades de vida y sin duda su cultura me cambió como persona a una mejor manera.
¿Qué sentiste cuando llegaste al nuevo país?
Debido al COVID-19 iba con un poco de miedo porque tomé la decisión de irme justo cuando todo iba empezando y era un virus nuevo, algo que nadie conocía, y lo que sabíamos sólo eran estadísticas e información por medio de la televisión.
Cuando llegué a Corea al principio como que no lo procesé, todo era como muy extraño, hasta que pasó una semana me di cuenta de que ya no estaba en México, que ya no estaba comiendo lo mismo que había comido toda mi vida y que difícilmente alguien me entendería en español. Tenía miedo, pero a la vez emoción porque no sabía lo que me esperaba en los próximos cuatro meses.
¿Cómo te han recibido en la universidad a la que llegaste?
Nos recibieron muy bien, nos explicaron que este iba a ser un semestre diferente por todo lo que estaba pasando por el COVID-19, nos dijeron que este semestre íbamos a ser muy pocos estudiantes de intercambio, que cualquier cosa que necesitáramos ellos nos apoyarían, nos regalaron cuatro cubrebocas de bienvenida y nos dieron las instrucciones de prevención que el gobierno había implementado.
¿Qué es lo que más extrañarás de México y de la UNI?
Lo que más extrañé fue a mi familia y a mis amigos. Las clases fueron en línea todo el semestre entonces en parte extrañaba tener clases presenciales. La comida no fue un problema para mí, sabía que sólo comería comida coreana por cuatro meses y que al final regresaría a comer comida mexicana, a parte, en Corea se acostumbra comer comida picante entonces me sentía un poco como en casa, sin embargo, de vez en cuando si se antojaba acompañar tu comida con tortillas.
¿Qué es lo más emocionante que has vivido hasta ahora en esta experiencia?
Creo que lo mejor de todo fue salir de mi zona de confort, abrirme a nuevas experiencias y conocer a personas que no te imaginabas conocer en tu vida y que te la cambian totalmente. Las personas que conocí en Corea definitivamente me enseñaron a ser mejor persona, me ayudaron mucho en un proceso de aceptación conmigo misma y también me enseñaron muchas cosas de las cuales no tenía conocimiento alguno.
Conocer nuevos lugares con diferente arquitectura al que estás acostumbrada y conocer nueva comida, nuevas personas siempre es una experiencia indescriptible.
¿Y lo más difícil?
Lo más difícil fue llegar con las expectativas altas. Como mencioné antes, mis amigos me contaron muchas cosas que se viven el los programas de intercambio, nos contaron que conocías a muchas personas, visitabas muchos lugares y demás, sin embargo, por el virus, todo fue muy limitado, no fue un semestre normal, muchos lugares estaban cerrados, éramos pocos los estudiantes de intercambio, pero a pesar de todo creo que hice todo lo que estaba en mis manos y en mis posibilidades para disfrutarlo al máximo, sin duda alguna, de todo esto aprendí que todos viven sus experiencias de manera diferente y depende mucho de uno mismo el si las disfrutas o no.
También una de las cosas difíciles que nadie te habla sobre los intercambios es que te encariñas mucho con las personas que conoces, convives un semestre de tu vida con ellas, te acostumbras a ellas y cuando llega el final del semestre, te despides y no sabes a ciencia cierta si en algún futuro te vas a volver a encontrar con ellas.
¿Qué esperas como persona y como profesional de esta experiencia?
Esta experiencia fue completamente diferente a lo que mis compañeros me platicaron por lo del virus, pero estoy agradecida porque gracias a eso pude darme cuenta cómo Corea manejaba las cosas y me di cuenta de cómo en México nos hace falta aprender mucho de todo el orden y seguridad que existe en Corea.
Como mencioné, Corea me cambió la vida completamente, conocí muchos lugares, comida, y personas que nunca me imaginé conocer, viví muchas experiencias que me hicieron darme cuenta de que todo es posible y que solamente hace falta pensar positivo de vez en cuando.
Estas oportunidades que da la Uni ¿las recomiendas a tus compañeros?
Definitivamente la recomiendo, es de esas experiencias que prefieres vivirlas a que alguien más te las cuente. No sabes lo que se vive del otro lado del mundo hasta que vas y lo vives por cuenta propia.
Agradezco especialmente a mis padres por apoyarme en todo este viaje y por supuesto agradezco a la UNI por darme la oportunidad de vivir esta experiencia tan bonita que me llevo en el corazón.