Fernanda Fragoso, estudiante de Diseño Digital, nos cuenta su experiencia en el semestre internacional que realizó en Corea del Sur.

¿Cuándo entraste a la Uni sabías que había programas internacionales?

Sí, de hecho, yo elegí estudiar en la Universidad de Celaya después de hacer una búsqueda en internet acerca de universidades con programas internacionales, ya que mi sueño siempre había sido ir a Corea del Sur, por lo que la Uni fue la mejor opción para cumplirlo.

Cuándo entraste a tu carrera ¿Creíste que te irías a vivir y estudiar en el extranjero?

Era mi principal objetivo, por supuesto que estudiar Diseño es algo que me encanta y a lo que quiero dedicarme en un futuro, pero mi mayor motivación era lograr irme al extranjero, así que definitivamente me creía capaz de lograrlo y me esforcé por ello.

¿Ya habías vivido o estudiado fuera de México?

No, ésta fue mi primera vez saliendo, viviendo y estudiando fuera del país. 

¿Qué te impulsaba o motivaba para estudiar en otro país? 

Definitivamente esa sería mi mamá y yo misma. Quería enorgullecer a mi mamá y agradecer sus esfuerzos durante tantos años yéndome al país de mis sueños. Cada día que me apoyaba y motivaba, yo me esforzaba más para no fallar en calificaciones y responsabilidades de la escuela. Quería conocer más allá de mi país, otra cultura, otras tradiciones totalmente diferentes a las que estaba acostumbrada, por lo que, también me mantenía motivándome para poder ir a otro país.

¿Por qué decidiste estudiar en ese país?

Desde hace 10 años, conocí por primera vez la música de Corea del Sur; en ese entonces no era tan popular como lo es ahora en México, pero supe que tenían un estilo diferente, un “algo” que quería conocer más; de esa manera, comencé a no solo enamorarme de la música, sino del país, de la educación, costumbres y en general, de la cultura. Al final de la secundaria me metí en la cabeza que era el país al que quería ir de sí o sí; se convirtió en la meta a la cual quería llegar.

¿Qué sentiste cuando llegaste al nuevo país?

Miedo y emoción. Yo había visto que muchos compañeros y amigos viajaban sin ningún problema y regresaban con maravillosas historias que contar; sin embargo, para mí el dejar el país por primera vez, haciendo todo yo sola, sin la ayuda siquiera del internet en cuanto pisé Corea, fue realmente escalofriante. Aun así, tuve mucho apoyo desde el aeropuerto y después en la Universidad de Hallym, por lo que cada día me llenaba más de emoción que de nerviosismo. 

¿Cómo te han recibido en la universidad a la que llegaste?

Todos han sido muy amables; desde el coordinador, los maestros, los estudiantes, mis compañeros de residencias, hasta la señora de la limpieza. Si tengo cualquier duda de cualquier asunto, siempre hay alguien que me puede ayudar o canalizar con quien podía otorgarme información. Desde un inicio me mandaron correos con instrucciones y detalles que realmente me ayudaron para mi estadía en Corea, lo cual me facilitó muchas cosas.

¿Qué es lo que más extrañaste de México y de la UNI?

Podría decir que en un inicio no extrañaba la comida, porque Corea del Sur tiene una cantidad impresionante de comida nueva por probar; sin embargo, el último mes vaya que extrañé la sazón única de México. 

De la Uni extrañé su tamaño, y lo sé, suena extraño, pero es la verdad. Hallym tiene un edificio para cada cosa que quieras realizar y todo está a grandes distancias, y a pesar de que me gusta caminar, a veces era muy agotador tener que recoger, no sé, un recibo, en una oficina que se encontraba en un 5to piso, para luego ir a otro edificio para pagar, hasta el otro lado de la escuela (la cual está ubicada en una montaña, por lo que se imaginarán que todo era subidas y bajadas). 

¿Qué es lo más emocionante que has vivido hasta ahora en esta experiencia?

Cada detalle fue emocionante. Desde conocer personas de otros países y aprender lo básico de no solo coreano, sino de ruso, francés, alemán, etc. Llegaba el punto que ya no recordaba el español porque cada día hablaba más inglés que mi propio idioma. Viajar por tren fue otra cosa totalmente nueva para mí, porque nunca lo había usado ni en México. Celebrar mi cumpleaños en Corea también fue espectacular, porque estuve rodeada de nuevas amistades que nunca imaginé tener. Así como también el ver por primera vez la nieve caer y jugar a la guerra de “bolas de nieve”. En conclusión, todo fue EMOCIONANTE. 

¿Y lo más difícil?

El idioma. A pesar de que llevaba una materia de Básico Coreano, me costó trabajo aprender a decir oraciones largas o nombres de lugares a los que quería ir y que el taxista no me entendía. Muchos nos apoyábamos con el Traductor si queríamos preguntar por algo en las tiendas, para ir hacia un lugar en específico o por si alguien nos decía algo. 

¿Qué esperas como persona y como profesional de esta experiencia?

Tanto personal como profesional, espero regresar con más confianza en mí y sin miedo a expresarme, no porque no pudiera en México, sino porque los nervios me invadían con solo pensar en hacer una presentación frente a mi clase o dirigirme a una persona que no conocía; y en Corea cada día tenía que hablar en inglés enfrente de muchas personas desconocidas para hacer nuevos amigos o para presentar un examen. Quiero ser capaz de dirigirme con mis clientes con mayor seguridad, o decirle a mi jefe que sin problema puedo hablar en inglés y viajar al extranjero por trabajo; así que espero ser más segura, sin el temor de ser yo misma. 

¿Estas oportunidades que da la Uni ¿las recomiendas a tus compañeros?

Por supuesto. Es una aventura que es sin duda magnífica, algo que todo estudiante debería vivir al menos una vez. Mi consejo es, si quieres ir a alguno de los países que la UNI te ofrece, estudia mucho, esfuérzate cada día y no dejes nada para después, porque cada herramienta, cada recomendación y soporte que te dan los maestros y en general la UNI, te ayuda para este momento, para tener la seguridad que a pesar de que te podrías ir hasta el otro lado del mundo, sabes que tendrás los conocimientos y los cimientos que te dieron en la Universidad de Celaya. 

¡Muchas gracias por todo!